sábado, 22 de agosto de 2009

LA MASACRE DE TRELEW...

MILONGA DEL FUSILADO

No me pregunten quién soy,
ni si me habían conocido,
los s
ueños que había tenido,
crecerán aunque no estoy.

Ya no vivo,
pero voy
en lo que andaba buscando,
y otros que siguen peleando,
verán nacer otras rosas,
que en el nombre de esas cosas,
todos me estarán nombrando.

No
me recuerden la cara,
que fue mi cara de guerra,
mientras hubiera en mi tierra,
necesidad de que odiara.

En el cielo que ya aclara,
verán cómo era mi frente.
Me oyó reir poca gente,
y aunque mi risa ignorada
la hallarán en la alborada,
del día que se presiente.

No me pregunten la edad,
tengo los años de todos,
yo elegí entre muchos modos,
ser más viejo que mi edad.

Y los años de verdad,
son los tiros que he tirado,
nazco en cada fusilado,
y aunque el cuerpo se me muera,
tendré la edad verdadera,
del niño que he liberado.

Mi tumba no anden buscando,
porque no la encontrarán,
mis manos son las que van
en otras manos tirando.

Mi voz la que va gritando,
mi sueño el que sigue entero,
y sepan que solo muero,
si ustedes van aflojando.

Porque el que murió peleando,
vive en cada compañero.

Carlos María Gutiérrez y Guerra

Los caídos el 22 de agosto de 1972



Carlos Alberto Astudillo (FAR). Nació en Santiago del Estero en el 17 de agosto de 1944 (28 años), estudiante de medicina en la Universidad de Córdoba. Detenido el 29 de diciembre de 1970 y brutalmente torturado.

Rubén Pedro Bonet
(PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 1 de febrero de 1942 (30 años), casado y padre de dos chicos, Hernán y Mariana, de 4 y 5 años. Perteneciente a una familia muy modesta abandonó sus estudios para ingresar como obrero en Sudamtex y Nestlé. Detenido en febrero de 1971.

Eduardo Adolfo Capello
(PRT-ERP). Nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1948 (24 años), estudiante de ciencias económicas y empleado. Detenido cuand
o intentaba expropiar un auto en febrero de 1971.

Mario Emilio Delfino (PRT-ERP). Nació en Rosario el 17 de septiembre de 1942 (29 años), casado. Estudió ingeniería en la Universidad de Santa Fe. Inició su militancia en Palabra Obrera, que confluiría en el PRT. Abandonó sus estudios universitarios para ingresar como obrero en el frigorífico Swift de Rosario, donde trabajó 5 años. Detenido el 14 de abril de 1970. El V congreso del PRT lo eligió miembro del Comité Central en ausencia.

Alberto Carlos del Rey (PRT-ERP). Nació en Rosario el 22 de febrero de 1949 (23 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Rosario, donde se integró al PRT. Participó del congreso fundacional del ERP. Detenido el 27 de abril de 1971.

Alfredo Elías Kohon (FAR): Nació en Entre Ríos el 22 de marzo de 1945 (27 años), estudiaba ingeniería en la Universidad de Córdoba y trabajaba en una fábrica metalúrgica. Formó parte de los comandos Santiago Pampillón y fue fundador de las FAR local. Detenido el 29 de diciembre de 1970.

Clarisa Rosa Lea Place (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 23 de diciembre de 1948 (23 años), estudió derecho en la Universidad de Tucumán, donde se integró al PRT. Participó del congreso fundacional del ERP. Detenida en diciembre de 1970 durante un control de rutina.

Susana Graciela Lesgart (MONTONEROS). Nació en Córdoba el 13 de octubre de 1949 (22 años), maestra. Se radicó en Tucumán donde enseñaba y compartía la vida con los trabajadores cañeros. Fue una de las fundadoras de Montoneros en Córdoba. Detenida en diciembre de 1971.

José Ricardo Mena (PRT -ERP). Nació el 28 de marzo de 1951 en Tucumán (21 años), obrero azucarero. Integró los primeras grupos del PRT en Tucumán. Detenido tras la expropiación a un banco, en noviembre de 1970.

Miguel Ángel Polti (PRT-ERP). Nació en Córdoba el 11 de julio de 1951 (21 años), estudió ingeniería química en la Universidad de Córdoba, era hermano de José Polti, muerto en abril de 1971. Detenido en Córdoba, en julio de 1971.

Mariano Pujadas (MONTONEROS). Nació en Barcelona el 14 de junio de 1948 (24 añ
os), fue fundador y dirigente de Montoneros en Córdoba. Participó en la toma de La Calera. Estaba a punto de terminar la carrera de ingeniero agrónomo cuando fue detenido en una redada, en junio de 1971.

María Angélica Sabelli (FAR). Nació en Buenos Aires el 12 de enero de 1949 (23 años), conoció a Carlos Olmedo cuando estudiaba en el Colegio Nacional Buenos Aires. Cursaba matemática en la facultad de ciencias exactas, trabajaba como empleada y como profesora de matemática y latín. Detenida en febrero de 1972 y salvajemente torturada.

Ana María Villareal (PRT-ERP). Nació en 9 de octubre de 1935 (36 años), era compañera de Mario Roberto Santucho y madre de tres chicos. Licenciada en artes plásticas por la Universidad de Tucumán. Junto a Santucho empezó a militar en el FRIP (Frente Revolucionario Indoamericano y Popular) que luego confluyó en el PRT. Detenida en un control de rutina en un colectivo.

Humberto Segundo Suarez (PRT-ERP). Nació en Tucumán el 1 de abril de 1947 (25 años), de origen rural, fue cañero, obrero de la construcción y oficial panadero. Detenido en marzo de 1971.

Humberto Adrián Toschi (PRT-ERP). Nació en 1 de abril de 1947 en Córdoba (25 años), trabajaba en una empresa familiar hasta que eligió ser obrero. Detenido, junto con Santucho y Gorriarán Merlo, en una redada el 30 de agosto de 1971.

Jorge Alejandro Ulla (PRT-ERP). Nació en Santa Fe el 23 de diciembre de 1944 (27 años), maestro; abandonó sus estudios para trabajar como obrero en una fábrica meta
lúrgica. Participó del congreso fundacional del ERP y en la primera operación armada. Detenido junto con Humberto Toschi en Córdoba, en agosto de 1971.

Los sobrevivientes

Maria Antonia Berger (MONTONEROS). Licenciada en sociología, había sido detenida el 3 de noviembre de 1971. Herida por una ráfaga de metralla logró introducirse en su celda, donde recibió un tiro de pistola; fue la última en ser trasladada a la enfermería. En la fecha de la masacre tenía 30 años. Secuestrada a mediados de 1979.

Alberto Miguel Camps (FAR). Estudiante, había sido detenido el 29 de diciembre de 1970. Eludió la metralla arrojándose dentro de su propia celda, donde fue baleado. En la fecha de la masacre tenía 24 años. Su cuerpo, enterrado como NN en el cementerio de Lomas de Zamora, fue identificado en el año 2000.

Ricardo René Haidar (MONTONEROS). Ingeniero químico, había sido detenido el 22 de febrero de 1972. Evadió las ráfagas de ametralladoras introduciéndose en su celda, donde fue herido. En la fecha de la masacre tenía 28 años. Secuestrado el 18 de diciembre de 1982.

Salvaron sus vidas porque los fusiladores los creyeron muertos. Los tres están desaparecidos.

Seis presos se lograron fugar el 15 de agosto, llegaron a Chile y luego a Cuba

Roberto Quieto. Secuestrado el 28 de diciembre de 1975. Desaparecido

Marcos Osatinsky. Detenido en Córdoba, en la Jefatura de Policía se le aplicó la "ley de fugas" y fue asesinado el 21 de agosto de 1975. Su cadáver fue dinamitado.

Domingo Mena, desaparecido el 19 de julio de 1976


Mario Roberto Santucho. Desaparecido el 19 de julio de 1976

Enrique Gorriarán Merlo. Sobrevivió. Fue secuestrado en México en oct ubre de 1995 y trasladado a Argentina. Procesado y condenado por los hechos de La Tablada permaneció 8 años preso. Fue indultado por el presidente Duhalde en 2003. Falleció de un paro cardiorrespiratorio en Buenos Aires, el 22 de septiembre de 2006, a los 64 años.

Fernando Vaca Narvaja. Sobreviviente.


Los militantes que participaron en el secuestro del avión

Carlos Goldemberg. Secuestrado en agosto de 1976. Desaparecido.

Anna Wiessen
. Desaparecida en 1979


Víctor Fernández Palmeiro
. Murió luego de participar en el operativo d
e ejecución del almirante Hermes Quijada, portavoz de la versión oficial de la dictadura de Lanusse sobre la masacre. La lápida que había en su tumba fue hallada recientemente en las excavaciones que se están realizando para sacar a la superficie las instalaciones del campo de concentración Club Atlético, que funcionó en Paseo Colón y Cochabamba, durante la dictadura militar iniciada el 24 de marzo de 1976.


La cárcel de Rawson, una de las más seguras del país, comenzó a relacionarse con la represión política poco después del Viborazo de marzo de 1971, cuando el gobierno militar trasladó ese penal a los detenidos durante la rebelión popular cordobesa. En abril de 1972, alrededor de 200 prisioneros políticos compartían seis pabellones colmando prácticamente la capacidad del penal. En las inmediaciones, una base aeronaval con 600 soldados, dos aviones de reconocimiento, una compañía de Gendarmería con refuerzo de Ejército estacionada a cinco cuadras de la prisión, 500 efectivos de la policía provincial y una delegación de la Policía Federal, además de los 60 hombres del Distrito Militar de Trelew y la Base Naval de Puerto Madryn, con helicópteros a 60 kilómetros de Rawson, y la octava brigada del V Cuerpo de Ejército en Comodoro Rivadavia.

(…) En el aeropuerto de Trelew el 15 de agosto, Rubén Pedro Bonet también había señalado a los periodistas: "Nuestro objetivo, haber tomado la cárcel, haber venido hasta aquí e intentado la fuga, ha sido reincorporarnos a la lucha activa", y agregaba "ya que estamos en la Patagonia concebimos esta Nación y esta lucha como la continuación de la que libraron todos los obreros rurales y los obreros industriales en el año 1921 y que fueron asesinados por el Ejército, por la represión".

(…) Cerca de las 18 horas, a medida que se cumplían las últimas tareas previas de cada pabellón, los combatientes convergían sobre las rejas entonando una canción salteña, "la de Luis Burela" que recuerda la historia de los primeros montoneros de Güemes. A las 18.24 horas, llegó desde afuera el aviso de que estaba en camino el avión previsto, era el límite máximo de espera y ya se estaba por levantar la operación, los guerrilleros coparon todo el interior del penal (cuatro puestos centrales que controla respectivamente dos pabellones cada uno), la sala de biblioteca, aulas, cocina, enfermería y sobre todo dirección y la sala de armas. Luego un grupo de vanguardia llega hasta la caseta que controla la entrada al penal donde se produjo el único enfrentamiento armado en el que resultó muerto un guardiacárcel, y finamente los otros dos puestos de muralla que controlaban el frente del establecimiento penitenciario. El grupo 1, Quieto, Osatinsky, Santucho, Mena, Gorriarán, Vaca Narvaja, ocupan el auto que trae el apoyo externo.

La camioneta y los dos camiones previstos no llegaron.

Se intentó llegar al aeropuerto en remises de Rawson que fueron abordados por los otros 19 de la "vanguardia". Antes de irse Bonet volvió a la caseta de entrada al penal para informar que no había camiones y que sólo fugaría la vanguardia y recordó la forma en que se había previsto la entrega del penal en caso de derrota.

Los 19 tuvieron un camino accidentado y llegaron cuando el avión ya decolaba. Los que quedaron en el penal, con solo un par de FAL lo mantuvieron en sus manos hasta que se garantizó el respeto a sus vidas. Luego, al entregar el establecimiento a las fuerzas de Ejército y Gendarmería fueron encerrados en cada celda del pabellón 7. Una ráfaga de FAL que erró por milímetros a dos combatientes rendidos fue el inicio de la etapa de más abierta represión.

(…) Desde la llegada a la base Almirante Zar, rigurosamente incomunicados, sancionados cada vez que eran encontrados hablando, los prisioneros mantuvieron diálogos usando le lenguaje de las manos y a veces el sistema morse con los golpes. Creyeron que la presencia de numerosos periodistas, médicos y jueces en el aeropuerto eran una garantía suficiente para sus vidas, aunque no para evitar la tortura.

(…) En el último minuto, cuando los están haciendo formar a los 19 en los pasillos, a las 3.30 de la madrugada del 22 de agosto, el capitán Sosa le pone a Haidar la pistola en la cabeza para que apoye la barbilla contra el pecho y mire al piso. Haidar piensa que el marino está loco, y alcanza a comentarlo con Kohon. Después las ráfagas de Sosa, Bravo y Marchard, se abatieron sobre los guerrilleros. Sosa, Bravo y el teniente Fernández recorrieron las celdas rematando a los caídos y matando a quienes ni siquiera habían sido alcanzados, como Delfino o Kohon.

Seis horas más tarde recibieron atención de enfermeros, y recién al mediodía la de médicos. En ese tiempo murieron Astudillo, Kohon, Polti y Bonet.


El 30 de abril de 1973, el presidente general Lanusse premió al capitán de corbeta Luis Emilio Sosa con una beca para instruirse en la infantería de marina norteamericana, en Estados Unidos, con sobresueldos y otras recompensas. Los paraderos de Sosa, Bravo y Marchand son de los secretos más celosamente guardados por la Marina hasta hoy.

La demanda de la memoria
Por Pablo Dratman (22/08/07)

Un puñado de versos atravesó el tiempo y ancló la memoria en el viejo Aeropuerto de Trelew. Conmovedora y entrañable, la voz de Tati Almeida desgranó la poesía de su hijo Alejandro, detenido y desaparecido en la década del setenta. La mujer, un emblema de las Madres de Plaza de Mayo, ofrendó el legado que dejó aquel adolescente cuando escribió hace más de tres décadas un poema sobre el asesinato de los militantes en la Base Zar y que títuló "Trelew". Ayer, esa palabra resonó como un trueno, pese a que Tati Almeida la pronunció con serenidad, sin dramatismo.

Ese hilo de plata que enhebró aquel retazo trágico y deslumbrante de nuestra historia con la búsqueda actual de verdad y justicia, sintetizó el espíritu del acto que inauguró el Centro Cultural de la Memoria en la terminal aérea y que abre un espacio de recuerdo y reflexión sobre la Masacre de
Trelew, sin dudas el hito inicial del sangriento camino que desembocó, más tarde, en el mayor genocidio de la historia argentina.

Fue un acto que reivindicó conceptualmente la memoria, planteada como un desafío que compromete con la verdad y la Justicia. No fue un acto político, ni siquiera institucional; las mujeres y los hombres -muchos de ellos víctimas de los más terribles tormentos- desplegaron sus banderas, saludaron con sus puños en alto y sus dedos en "v", en el marco del más terrible ensordecedor de los silencios. Fue una convocatoria a evitar el olvido, pero al mismo tiempo una renovación del compromisop con la democracia a partir de la política como condición inherente al hombre.

Quienes ayer fueron reivindicados y cuyo martirologio aún demanda una respuesta de la Justicia, enfrentaron a una dictadura que había monopolizado la política condenando al ostracismo político al conjunto del pueblo. Sin política la existencia del hombre resulta inconcebible, y por consiguiente la eliminación de la política es imposible, a menos que se la reduzca exclusivamente al ajetreo de los comités en vísperas electorales. La experiencia de la historia contemporánea de nuestro país muestra que cada vez que las dictaduras lo intentaron, en verdad lo que pretendían era convertir al pueblo en una masa de consentimiento, para una política que otros procuraban hacer en su nombre, para acentuar el privilegio económico de las minorías poseedoras de la riqueza, o para desintegrar el patrimonio económico y moral de la nación. Contra eso lucharon los militantes que ayer fueron recordados en el Aeropuerto Viejo de Trelew. Hubo discursos, pero el acto fue esencialmente una imagen cargada con hechos de nuestro pasado reciente, aún no debidamente debatidos en los planos ideológico y político, y mucho menos resueltos en el ámbito de la Justicia. Ese recorte de la historia plantado con indudable coraje político en el centro de la escena donde comenzó a labrarse la masacre, fue en si mismo una convocatoria a la memoria y la reflexión para pensar en el futuro. Ese es el punto. Alguien dijo que Trelew no debería ser asociada a la muerte, sino a la memoria. Otros, después de escuchar a Tati Almeida, pensaron que había que asociarla a la vida. Y no se equivocaron: ¿Que otra sensación puede despertar la actitud de una madre que convoca a la esperanza desde la poesía que escribió aquel hijo adolescente que busca sin resignación desde hace más de tres décadas? La poesía, como se dijo, se llama "Trelew" y fue un canto a la vida.


Por Rubén Batallés

En la cárcel de Rawson el PRT ERP le propuso a las FAR una fuga conjunta, que éstas aceptaron. También fue invitado Montoneros como organización, pero la dirección externa no estuvo de acuerdo y dejó la resolución final librada a sus propios presos. La participación de la "eme" quedó limitada a la decisión de los montoneros presos. En verdad, tampoco la dirección externa del PRT ni de las FAR estaban del todo convencidas de las posibilidades de éxito. Esa falta de confianza acarrearía graves consecuencias.

Tomó cuerpo, pues, el intento de fuga de más de un centenar de presos políticos de diferentes organizaciones armadas.

Desecharon cavar un túnel por la dureza del terreno (aunque en los años 80 la requisa descubrió un principio de excavación disimulada bajo las baldosas de una celda).

El plan contempló escapa
r en camiones hasta el aeropuerto de Trelew, distante unos 20 kilómetros, y de ahí en avión hasta Santiago de Chile.

Facio, un guardiacárcel amigo de Mena, aceptó entrar algunas armas a cambio de dinero. Más tarde la represión lo descubrió y asesinó.

A último momento se invitó a Tosco, quien declinó por su carácter de dirigente de masas. Pero aclaró que estaba a disposición en todo lo que pudiera colaborar. Y en efecto, ayudó a controlar el penal mientras los guerrilleros intentaban fugar.

Constituyó todo un acuerdo no sólo militar sino político, de unidad entre las principales organizaciones guerrilleras.

Es conocido que el copamiento interno del penal fue cumplido perfectamente. En la última guardia se produjo un ligero tiroteo, durante el cual Osatinsky abatió al guardiacárcel Valenzuela.

Estos disparos llevaron a que José Luis Marcos del PRT y Jorge Omar Lewinger de las FAR, que estaban a cargo de los camiones, pensaran que la fuga había sido descubierta y fracasado. Por tanto, precipitadamente, ordenaron retirarse con los camiones.

En cambio, otro joven compañero de las FAR, Carlos Goldemberg, desobedeció la orden de retirada. Valientemente, se aproximó con su coche al portón del penal. En ese vehículo pudieron trasladarse los 6 compañeros de la vanguardia.

Un avión de Austral procedente de Río Gallegos había sido copado por otros compañeros: Ana Weissen de las FAR y Fernández Palmeiro y Ferreira Beltrán del PRT-ERP.

Al salir del penal el segundo contingente de 19 compañeros, no encontró los móviles para la retirada. Aunque apelaron a taxis de la zona, perdieron minutos preciosos. Cuando llegaron al aeropuerto vieron que el avión, que los había esperado más de lo previsto, ya despegaba.

Santucho, Mena, Gorriarán del ERP, Osatinsky y Quieto
de las FAR, Vaca Narvaja de Montonoeros, más los 4 compañeros de apoyo (Ana Weissen, Carlos Goldemberg, Ferreira Beltrán, Fernández Palmeiro) aterrizaron en Chile. Quedaron demorados. El MIR, la izquierda del Partido Socialista y de la Democracia Cristiana, ganaron las calles exigiendo su libertad.

Argentina y el continente se estremecieron.

A la semana, en Trelew fueron asesinados fríamente 16 de los 19 capturad
os.

Entre ellos 4 compañeras. Fue el primer crimen múltiple de compañeras. La primera guerrillera muerta en combate había sido Liliana Gelín, de las FAR.


Esa noche, los recluidos en las celdas de Rawson, rabiosos de dolor, escucharon la voz potente y solidaria de Agustín Tosco. De allí en adelante el Gringo pasaría a ser un estrecho aliado del PRT.

Los 3 baleados que sobrevivieron, Antonia Berger, Alberto Camps y René Haidar, caerían años después en la nueva Resistencia a la barbarie fascista.

Finalmente Allende, que 5 años antes había ayudado a la evacuación de Pombo y otros guerrilleros sobrevivientes de la columna del Che, extendió un salvoconducto y los prófugos arribaron a Cuba. Allí Roby pudo entrevistarse con Fidel.

Paradójicamente, las relaciones políticas del PC cubano eran más afines con Montoneros y las del Ejército Rebelde con el PRT ERP.


"Agustín Tosco: El Cautiverio de un guerrrero"
Revista Primera Plana , 20 de Junio de 1972 (cárcel de Rawson)



Desde el locutorio del penal de Rawson, el lunes 12, Agustín Tosco, dirigente sindical cordobés (detenido el 28 de abril del año pasado a disposición del Poder Ejecutivo), contestó este reportaje cuyo formulario le fue entregado por su abogado defensor, Hipólito Solari Yrigoyen, a pedido de PRIMERA PLANA.

PRIMERA PLANA: ¿Cómo define usted la tendencia que representa dentro del panorama gremial cordobés?

AGUSTÍN TOSCO: Los Gremios Independientes de Córdoba constituyen un importante grupo de Sindicatos, no embanderados partidariamente, pero con una clara política de unidad combati
va dentro del movimiento obrero.
Sostienen que el sindicalismo no es sólo un medio de reivindicación económico-social de la clase obrera, sino que debe constituir una palanca política principal, en coincidencia con los demás sectores populares, para la liberación nacional y social argentina. Dentro de ese concepto han votado y sostienen l
a consigna fundamental aprobada por la Regional Córdoba de la CGT de llevar adelante "la lucha antiimperialista hacia el socialismo". Adhieren a la Comisión Nacional Intersindical y definen una básica identificación con la CGT de los Argentinos y los Gremios Peronistas Combativos, de acuerdo a lo fijado por los Programas de La Falda y Huerta Grande, el Manifiesto del 1° de Mayo y el Documento de Octubre.

P.P.: ¿Merece una autocrítica el proceso Sitrac-Sitram? ¿Cuál sería?

A.T.: Si correspondiera una autocrítica ella debería ser formulada por los respectivos gremios.
Considero como centro del problema la incalificable agresión de que fueron objeto los trabajadores del Sitrac-Sitram, tanto en el campo laboral como en el institucional, al ser disueltos los Sindicatos y despedidos cientos de militantes, delegados y dirigentes. Además del encarcelamiento que padecen diez de e
llos y sus asesores letrados.
Corresponde reclamar enérgicamente el respeto al derecho de sindicalización según lo decidan las propias bases; la reincorporación de los cesantes y la libertad de los detenidos.

P.P.: ¿Qué experiencia ha extraído de su cautiverio junto a Raimundo Ongaro?

A.T.: Desde el 14 de mayo
de 1971 hasta el 7 de enero de 1972, estuve encarcelado con el compañero Raimundo Ongaro, juntos, pero totalmente aislados de todo contacto con los demás detenidos, en el último entrepiso de una planta del Penal de Villa Devoto.
Nos unió una gran solidaridad humana, y preciso es destacar la constante entereza y espíritu de lucha de Ongaro.
En el aspecto político sindical, lo esencial se dio en la coincidencia de promover, alentar y trabajar por la unidad combativa de la clase obrera y los sectores populares, enfrent
ando a todo tipo de participacionismo y colaboracionismo con el régimen.

P.P.: ¿Cuál debe ser, a su juicio, la misión del sindicalismo?

A.T.: En todo el país, que como el nuestro, lucha por su liberación nacional y social, el sindicalismo debe cumplir fundamentalmente la doble función que marca el proceso de la clase obrera y el pueblo.
Por lo tanto le corresponde encarar la reivindicación consecuente de los derechos económicos, sociales, políticos y culturales de los trabajadores y simultáneamente sumar los máximos esfuerzos desde su terreno específico para que políticamente el poder sea ejercido por el Pueblo.


P.P.: ¿Qué opinión le merece el sindicalismo peronista combativo?

A.T.: Al definir que existen importantes coincidencias básicas entre nuestra orientación y la de los Gremios Peronistas Combativos, destacamos una valoración positiva de la actividad y
los objetivos que se este nucleamiento obrero en su permanente accionar por los derechos sindicales y populares.

P.P.: ¿Cómo ve Agustín Tosco, desde la cárcel, la convocatoria de Alejandro Lanusse a un Gran acuerdo Nacional?

A.T.: Desde el mismo momento que se dio a publicidad el denominado Gran Acuerdo Nacional, lo denunciamos como un claro propósito continuista del actual régimen usurpador; como un intento mal disimulado de pretender entrampar al Pueblo argentino en una supuesta salida institucional que sirviera a los objetivos de la oligarquía y del imperialismo; como un sinuo
so plan para montar una gran farsa electoral para dar una imagen de un consentimiento popular, a lo que el Pueblo no sólo no elige sino que rechaza terminantemente.

El GAN es un aparatoso gigante con pies de barro. Tanto como cayeron las mentiras y ficciones de las anteriores etapas de la mal llamada Revolución Argentina ante la poderosa verdad del Pueblo, así también sucederá con el GAN. Absolutamente nada de lo que surja de la mentalidad conservadora reaccionaria de los detentadores del poder puede conjugarse con la voluntad soberana de los argentinos.

Tan es así, que el 31 de mayo desde San Nicolás, Alejandro Lanusse se ha visto obligado a desnudar hasta las entrañas del GAN: pactar a espaldas del Pueblo y al pie de la Dictadura; imponer la "acuerdocracia" y enterrar el "juego limpio" que tan siquiera se recordó; convenir, no ya sólo las características y contenido del continuismo, sino hasta... ¡su filosofía!. Ni el general Agustín P. Justo había llegado a tanto en sus pretensiones.
El discurso del 31 de mayo constituye así una referencia mistificadora de la historia, de las ideas políticas, de la lucha de nuestro Pueblo y de sus genuinas aspiraciones.

Además, con sus sofismas discursivos, Lanusse pretende fabricar realidades que no son otras que las que interesan sostener a las minorías explotadoras y a los grandes monopolios internacionales.

La verdad de nuestra historia es que el Pueblo, con sus pronunciamientos, movilizaciones y luchas, determinará inexorablemente que su voluntad de Justicia Social, Soberanía Popular y Liberación Nacional sea respetada. Así sucederá, más allá de las tutorías, los grandes acuerdos o los golpes de estado, como variantes reiterativas de un sistema y un régimen en irreversible decadencia.

P.P.: El Ministro Mor Roig, en declaraciones periodísticas, ha mini
mizado el problema de la tortura en el país. ¿Coincide usted con esa apreciación?

A.T.: Bajo ningún punto de vista. Mor Roig trara de descargar su inoperancia como Ministro político del régimen, desmintiendo o minimizando lo que es la dramática realidad de una constante y probada violación a los más elementales derechos humanos en argentina, hasta el grado de la barbarie organizada para la tortura a muchos prisioneros políticos y sociales –hombres y mujeres- de nuestro Pueblo.


P.P.: ¿Considera usted correcta la permanencia de Mor Roig en el Ministerio político a esta altura del proceso de "institucionalización"
A.T.: Nunca consideré correcta la permanencia en el Gobierno de ningún funcionario de la dictadura. Lo único correcto es que todos los que ejerzan las principales funciones en el Estado sean expresión de la libre y soberana voluntad de los argentinos.

P.P.: ¿Qué piensa usted de la coincidencia La Hora del Pueblo"

A.T.: La Hora del Pueblo padece del pecado original de creer que la Dictadura permitiría un ejercicio más o menos libre de la llamada democracia representativa; de allí colaboró para un desenlace en esos términos.
El discurso de Lanusse del 31 de mayo ha terminado con los sueños de la Hora del Pueblo. Ahora ésta deberá probar definitivamente la consistencia de su propia identidad o su dependencia de los planes continuistas.

P.P.: Se le atribuyeron simpatías hacia el Encuentro Nacional de los Argentin
os. ¿Cuál es su punto de vista?

A.T.: Así es. Comparto lo
s lineamientos, la acción y los objetivos del Encuentro Nacional de los Argentinos.

P.P.: ¿Cómo vislumbra usted el camino hacia el socialismo nacional?

A.T.: El camino de todos los pueblos hacia el socialismo lleva intrínseca
s las características nacionales de cada país.

Resultaría aventurado señalar un camino específico y esquemático. Sí hay un ancho camino por el que transitan simultáneamente todas las fuerzas que luchan en todas las escenas de la vida nacional para erradicar un sistema de opresión, injusticias y miseria y construir una nueva sociedad, más justa y más humana. La unidad de esas fuerzas será un factor de aceleración del proceso histórico, con el cumplimiento de las etapas intermedias que deben recorrerse y con el aprovechamiento de las coyunturas favorables, cualesquiera que fueren, compatibles con el objetivo fundamental trazado.

P.P.: Sobre la propuesta de Perón en vistas a un Frente Cívico de Liberación Nacional hay muchas interpretaciones y distorsiones. Pero ateniéndose a lo que el propio Perón ha definido, n
o se trata de una estructura orgánica sino de una coincidencia de hecho que se concreta a dos niveles: uno, superestructural, con las cúspides de los partidos y organismos populares; y otro infraestructural, a nivel de bases, mediante las mesas de trabajo y la movilización de masas, ambos teniendo como objetivo revolucionario la toma del poder por parte del Pueblo, ya sea a través de las elecciones (si es posible) o a través de otras vías, si el camino comicial es cerrado por el fraude y la trampa. Así definido, ¿qué opina usted del Frente Cívico?

A.T.: Siempre he expuesto y sostenido con vehemencia que sólo la unidad de acción programática en los puntos fundamentales, e instrumentalmente orgánica de las fuerzas polític
as populares, sin discriminaciones y sin la pérdida de la individualidad partidaria, será el factor fundamental para que el Pueblo acceda al poder, se consolide en el mismo y materialice las transformaciones de contenido revolucionario que son de urgencia para nuestro tiempo.
Tengo entendido que sobre eso se trabaja y espero que sus resultados sean fructíferos.
Mientras tanto, la lucha debe continuar. Trabajadores, estudiantes, profesionales, sacerdotes, campesinos, entidades económicas nacionales, hombres y mujeres de toda condición y militancia, no renunciarán a su compromiso histórico de producir los hechos determinantes de un profundo cam
bio en las condiciones económicas, sociales y políticas actuales, con o sin formalismos electorales.

P.P.: ¿No cree usted que resistirse a una opción política concreta a nivel nacional colocará a su tendencia, tarde o temprano, en el callejón sin salida de un aislacionismo estéril?

A.T.: Nuestra lucha ni la opción de la unidad de las fuerzas políticas populares, tal como lo expresé precedentemente, de ninguna manera puede colocarnos en un aislamiento estéril: porque la unidad y la lucha están en la conciencia y el corazón del Pueblo.
¿Qué otra cosa expresarían entonces la infinidad de movilizaciones populares masivas protagonizadas heroicamente en los últimos años?
¿Y la de tantos hombres y mujeres argentinos que por su militancia popular y revolucionaria responden con su libertad o con su sangre por esos mismos ideales comunes?
Allí estuvieron y están todos los que, sin distinciones partidarias, lu
chan efectivamente por la liberación del Pueblo y la Patria.
Aquí, los que estamos en la cárcel, ratificamos nuestras posiciones manteniéndolas indeclinablemente, con el pleno optimismo que la causa popular y liberadora triunfará.

ENTREVISTA A...

ROBERTO MARIO SANTUCHO (PRT-ERP)
MARCOS OSATINSKY (FAR)
FERNANDO VACA NARVAJA (MONTONEROS)


SOBRE LA MASACRE DE TRELEW


(Punto Final, 12 de noviembre de 1972)



¿Cómo se enteraron ustedes de la matanza de sus compañeros en la base aeronaval de Trelew? ¿Cuándo les llegó la noticia y cuál fue la reacción de ustedes?

SANTUCHO: Primero nos llegó a través de los diarios y de la radio. Después, en la noche del 22, nos fue confirmada por el director de investigaciones, quien nos dio los nombres de los compañeros muertos. Está claro que la acción de la dictadura fue perfectamente consciente, planificada, pensada y selectiva, en el sentido de que se dirigió contra cuadros de nuestras organizaciones, contra compañeros que expresaban lo mejor de nuestro pueblo, la vanguardia revolucionaria del pueblo argentino. El enemigo conocía su capacidad, sus características. Por el temor irracional que siente ante la lucha revolucionaria, porque ve a los revolucionarios como su enterrador, fue llevado a esta acción, pese a que se tomaron todos los recaudos, a que se movilizaron sectores del pueblo en la Argentina, organizaciones de masa, sindicales, comisiones de solidaridad.

Una semana después, la dictadura se decidió por la eliminación física de estos compañeros. Porque tal es su temor a cada uno de estos combatientes revolucionarios que prefieren afrontar todas las consecuencias políticas en una acción de este tipo y no tener que enfrentar a un grupo de compañeros como los que asesinaron. En esto son coherentes con la situación de nuestro país desde que se estableció la dictadura militar de Onganía. Desde entonces se produce esta forma de violencia desesperada del partido militar, que se debate para mantener el capitalismo en la Argentina. Frente al embate de las masas, ha creado la situación de un ejercicio de la violencia permanente contra el pueblo argentino.

Ante eso, nuestro pueblo se ha movilizado también violentamente. Ha aceptado el desafío y se expresa tanto en las movilizaciones del
conjunto del pueblo como en la existencia y desarrollo de nuestras organizaciones. El pueblo argentino aceptó llevar la lucha al terreno planteado por el enemigo, y lo hace masivamente y de manera organizada.

Esta dinámica irreversible ha de continuar desarrollándose en el doble terreno de la lucha armada y la lucha no armada de las masas. En este proceso se forjarán y crecerán las organizaciones guerrilleras, convirtiéndose en fuerzas poderosas. Apoyado sobre esta fuerza militar revolucionaria, nuestro pueblo terminará por derribar al partido militar, destruir el injusto sistema capitalista y establecer una perspectiva de felicidad para nuestro pueblo y de independencia para nuestra patria en el socialismo.

¿Podría informar cuáles eran las características de los compañeros asesinados en Trelew?

SANTUCHO: Los compañeros pertenecían a un grupo seleccionado para salir. Eran los mejores compañeros. Al reducirse la perspectiva de sacar a todos, salen los compañeros más necesarios. De manera que esos diecinueve compañeros formaban el grupo de los más capaces, más experimentados y mejores que había en el penal.

¿Ustedes creen que la masacre es una represalia por la fuga?

SANTUCHO: Efectivamente. Es un derivado de la fuga y una expresión de la desesperación de la dictadura ante su incapacidad para controlar a los revolucionarios.

¿Qué significado tiene para el futuro de la lucha revolucionaria argentina que tres organizaciones, dos peronistas y una marxista-leninista, se hayan unido en un operativo para escapar de Rawson?

SANTUCHO: Sin duda refleja un aspecto muy importante del proceso revolucionario argentino, como es la tendencia a la unidad de las fuerzas revolucionarias. En nuestro país, la debilidad y la falta de profundidad del proceso revolucionario han caracterizado hasta ahora la lucha de liberación de nuestro pueblo. Esto se ha reflejado en alguna medida en la debilidad y fraccionamiento de las organizaciones revolucionarias. Esto ha sido una característica permanente de nuestro proceso en los últimos años. Bajo ese signo se comenzó a desarrollar la lucha armada en la Argentina, con multiplicidad de siglas, alrededor de ocho a diez, que combatían al mismo enemigo por separado.

Uno de los principios de la lucha revolucionaria es la unidad. La unidad de dirección, la unidad de organización, la centralización de las organizaciones revolucionarias. Con el desarrollo de la lucha en Argentina, se han ido dando condiciones, primero para un acercamiento y después para un estrechamiento de los lazos entre las distintas organizaciones revolucionarias que tienen ahora su expresión más elevada en esta acción de Rawson. Es importante señalar que esto ha sido un hito de la tendencia hacia la unificación de las organizaciones armadas.

Esto no es de ninguna manera casual ni circunstancial, es producto del estrechamiento de los vínculos entre nuestras organizaciones. E
n esto jugó un papel importante la convivencia en los penales de compañeros de distintas organizaciones, lo que ha permitido un conocimiento más amplio, una comprensión mayor de la unidad de objetivos y el comienzo de una discusión política muy rica. Ha dado, como uno de sus primeros resultados, la importante acción de Rawson. Antes se habían dado ya pasos fundamentales con la acción contra [el general Juan Carlos] Sánchez hecha por las FAR y el ERP. Ahora han sido tres organizaciones: dos peronistas y nuestra organización. Esto significa un paso más en el avance hacia la unificación.

¿Cuáles son las bases para la reunión de los revolucíonarios de las distintas organizaciones que actúan en la Argentina?

SANTUCHO: Tenemos una convergencia en los aspectos fundamentales. Todas las organizaciones armadas
tenemos el mismo objetivo: la instauración del socialismo en nuestra patria. Asimismo, hay una convergencia de todas las organizaciones en la concepción de la lucha revolucionaria en el país, es decir, se coincide también en forma completa en cuanto a que la estrategia para tomar el poder en Argentina es una estrategia de guerra revolucionaria. El socialismo y la guerra revolucionaria son las bases para la unificación de las organizaciones armadas.

En este momento existe la certeza de que ustedes dentro de un rato viajarán a Cuba. ¿Cuáles son sus proyectos futuros?

SANTUCHO: Bien, nosotros pensamos, primero que nada, saludar a los compañeros del pueblo cubano, al gobierno cubano, al compañero Fidel, a todos los compañeros revolucionarios de Cuba. Allí veremos cómo resolvemos los diversos
problemas que tenemos, siempre, claro, en la perspectiva de continuar con más energías, si es posible, la lucha revolucionaria en nuestra patria.
Con respecto al pueblo chileno, queremos dejar un saludo y un agradecimiento de todos nosotros, especialmente para los centenares y miles de compañeros que salieron a la calle en ejercicio del internacionalismo proletario, con lo que hicieron posible la solución más favorable para los intereses de nuestra revolución, de la revolución argentina, que son también los intereses del pueblo revolucionario chileno, de la revolución chilena, y de la revolución latinoamericana.


Las FAR, como fuerzas armadas revolucionarias, son una organización que se ubica entre el peronismo de los Montoneros y el marxismo-leninismo del ERP. Desde ese punto de vista, ¿qué importancia le dan ustedes a la acción realizada?

OSATINSKI: Los revolucionarios acostumbramos hacer una evaluación de la correlación de fuerzas, para de ahí sacar conclusiones y marcarnos objetivos que permitan ir avanzando en nuestras estrategias para la toma del poder y la construcción del socialismo en nuestro país. La relación de fuerzas existente en nuestra sociedad marca un franco retroceso en las fuerzas enemigas, de las fuerzas del campo oligárquico-imperialista, y un franco avance de las fuerzas del pueblo.

Sin embargo, nuestro enemigo se mueve, tiene un margen de maniobra. Ese margen de maniobra no se da por contar con un apoyo polític
o-social, se da por las debilidades del campo popular. Por eso es más concreto el planteo de la unidad. Por constituir las organizaciones armadas el germen del futuro ejército popular, por constituir las organizaciones armadas las organizaciones que con mayor claridad, en cuanto a sus objetivos políticos y en cuanto al método de lucha que emplean, los que se mostraron con mayor consecuencia, claridad y eficacia en cuanto a encontrar el camino para tomar el poder, es que esa debilidad del campo popular es la tarea fundamental de todos los revolucionarios argentinos, de todos los revolucionarios que se manejan dentro de la estrategia de la guerra popular y prolongada, de todos los revolucionarios que están participando en primera fila activamente en la lucha sin cuartel contra el enemigo de clase, en la lucha sin cuartel por denunciar y desenmascarar permanentemente al partido militar, fuerza de vanguardia dentro del campo del enemigo.

El enemigo tiene una vanguardia reconocida dentro de la clase dominante. Esa vanguardia del enemigo es el partido militar. Nosotros, por nuestra parte, estamos construyendo nuestra vanguardia, y esa tarea no es la tarea de una organización: es la tarea del conjunto de los revolucionarios. Todos los pasos que faciliten ese proceso de unidad seguramente se convertirán en un polo claro y concreto que ayudará a elevar la conciencia de esta necesidad y de esta posibilidad.

Nuestra experiencia en la fuga del penal de Rawson es muy significativa, pero un proceso de unidad no se basa únicamente en un método d
e lucha; esos avances de unidad tienen que tener todo un contenido ideológico, político y militar. Las dificultades que encontramos se van a ir subsanando en la medida en que todos hagamos de esta necesidad un acto consciente que facilite encontrar el método correcto para ir resolviendo las contradicciones entre nuestras organizaciones. Esa es la necesidad política del momento.

La masacre de los compañeros en Trelew es muy significativa, como siempre ha sucedido en nuestra historia, en nuestra patria y en los procesos revolucionarios de todos los pueblos del mundo; la rica sangre vertida por los mejores hijos del pueblo realmente es el abono más fértil que va marcando el camino. No es un simple derramamiento de sangre, porque está precedido por claros conceptos como los que enunció el compañero Pujadas en el aeropuerto, donde marca claramente, y sintetiza todo nuestro planteamiento hacia la unidad.

La marcha hacia la unidad es un proceso serio e irreversible, pero es un proceso complicado, complejo, donde juegan muchos factores ' factores que hacen a las características del proceso revolucionario de nuestro país, condimentado por todas las particularidades de las fuerzas políticas que se mueven en nuestro país, condimentado con la historia propia de la formación de cada una de nuestras organizaciones.

Todos estamos subordinados a los intereses de la revolución, todos intentamos ser fieles intérpretes de la clase obrera y el pueblo, pero no siempre todos sabemos acertar la mejor forma, el mejor camino. No es suficiente ser abnegado en la lucha armada; es necesario, junto a eso, y teniendo al combate como base material fundamental de l
a práctica permanente, ir encontrando las respuestas políticas, las respuestas organizativas, las respuestas que faciliten la extensión de la guerra. La guerra revolucionaria es contra un enemigo. Los intereses de nuestra clase obrera, intereses que se entroncan con los intereses de los trabajadores de nuestro continente, de todos los continentes de todo el mundo, pero con las particularidades propias de nuestro país. Lo primero es marcar nuestras diferencias; ése es el proceso que se está conociendo, que se está aprendiendo. Segundo, a encontrar el método de análisis y el método que nos lleve a la práctica concreta para facilitar esos objetivos. Sólo eso va a permitir avanzar y va a permitir afianzarnos en los pasos que vamos dando, recoger todos los errores y aciertos, sintetizarlos y volcarlos a hacer participar a las masas en este proceso, y junto con ellas ir encontrando y resolviendo el problema.

¿Cómo han visto ustedes la actitud del pueblo chileno durante el tiempo que han permanecido aquí?

OSATINSKY: Desde el primer instante hemos percibido la solidaridad del pueblo chileno y realmente, para nosotros, que por primera vez vivimos una situación de este tipo, ha sido emocionante. Emocionante, estimulante, sobre todo en los momentos de la masacre de Trelew. Es difícil expresar lo que uno siente en esa circunstancia. La decisión que adoptó el gobierno chileno no es una gracia particular de fulanos o menganos sino que interpretó el sentir del pueblo chileno.

Finalmente, queremos dejar un saludo combativo y fraternal, cariñoso, a todas las organizaciones que desde un primer instante nos hicieron llegar su solidaridad, como el MIR, la izquierda del Partido Socialista y la Izquierda Cristiana.


En la acción de Rawson participaron conjuntamente organizaciones peronistas como Montoneros, a la cual usted pertenece, y organizaciones no peronistas y marxista-leninistas como es el caso del ERP. ¿Se trata de una acción coyuntural para salir de la prisión o ustedes la toman como una tendencia a la unificación de las distintas organizaciones armadas que operan hoy en la Argentina?

VACA NARVAJA: Para descartar todo tipo de suspicacia en este tipo de operaciones, sobre todo teniendo en cuenta el movimiento peronista y los distintos sectores reformistas y traidores que en él están, queremos aclarar que esto no es una expresión táctica o coyuntural de las organizaciones armadas peronistas y no peronistas. El resultado de esta acción, políticamente, es un índice orientador de un camino hacia la formación de un ejército popular.

Nosotros creemos que hay una única vanguardia que va a dirigir el proceso revolucionario en Argentina, y que la formación de esa vanguardia, ese instrumento revolucionario que representa los intereses de la clase obrera, es tarea de los revolucionarios y es tarea fundamental y prioritaria de las organizaciones armadas que hoy militan en Argentina; entre ellas están las organizaciones revolucionarias no peronistas. La resolución de sus contradicciones, los métodos adecuados para llevarlos a la práctica es en este momento una de las tareas fundamentales, una de las necesidades de esta etapa del proceso revolucionario que podemos decir recién comienza.

En este contexto encuadra el que nosotros desarrollamos, y participamos activamente en la planificación y en la elaboración de esta op
eración. Creemos que tiene dos contenidos políticos: uno coyuntural, inmediato' que es la liberación de los prisioneros de guerra, de las distintas organizaciones revolucionarias; ése es el inmediato. El otro es mediato, y está regido por las diferencias políticas e ideológicas que en este momento nos separan.

Diferencias políticas e ideológicas que son importantes y que radican en las distintas concepciones y caracterización del peronisno y del papel de Perón.
Creemos que esas diferencias que nosotros consideramos fundamentales y que se expresan en las distintas manifestaciones políticas que asumimos ante nuestro pueblo, tenemos que resolverlas como se resuelven las contradicciones en el seno del pueblo. Son contradicciones no antagónicas. Son contradicciones diferenciadas de nuestras contradicciones con nuestros enemigos. En ese contexto vamos a desarrollar nuestras tareas, nuestra acción conjunta, vamos a definir nuestra política de conjunto para superar esas contradicciones en función del proceso revolucionario y de acuerdo a las necesidades de la revolución en Argentina.

La experiencia nuestra de contacto, de convivencia, de trabajo y discusión que hemos realizado en las distintas cárceles de nuestro país, han ayudado en ese sentido. Las cárceles son, como decía Ho Chi-Minh, la primera escuela de un revolucionario. Esa es una gran verdad, porque la experiencia que Vamos a recoger, a pesar de ser corta, va a significar un salto cualitativo en el proceso revolucionario argentino. Un salto cualitativo no sólo en el aparato, no sólo en cuestiones militares, sino también en lo político o ideológico, en la medida en que nos ha permitido profundizar nuestras concepciones políticas, enriquecerlas en la confrontación de las distintas ideas y comenzar a vislumbrar la forma correcta de llegar a acuerdos sólidos.

Esos son los dos aspectos que señalábamos. Uno es estratégico y el otro es táctico. Creemos que la forma correcta de superar nuestras contradicciones es llevarlas al seno de las masas. Llevarlas al pueblo, y fundamentalmente a la clase obrera. Y en ese contexto discutirlas y profundizarlas, y de allí extraer y aprender del pueblo. Es la forma en que nosotros vamos a asumir nuestras diferencias.

En lo coyuntural creemos que tenemos posiciones similares en cuanto al significado del GAN como un nuevo engaño al pueblo. Diferimos en cuanto a las perspectivas y posibilidades de salida para la clase dominante frente al GAN y diferimos fundamentalmente en la caracterización de Perón. En cambio podemos llegar a sostener, por ejemplo, un mismo programa económico, un mismo programa de reivindicaciones mínimas, con la conciencia de que nuestro pueblo lo manifiesta ya en sus movilizaciones y en sus luchas.

En el caso nuestro, de Montoneros, diferimos en la reivindicación de la candidatura de Perón. Creemos que eso sólo puede ser salvado en la práctica y en el trabajo en conjunto. Es la única manera de solucionar nuestras contradicciones. Es un trabajo arduo y complejo. Es un trabajo que no se extrae de un libro: surge de una teoría y de una práctica revolucionarias que están en desarrollo en nuestro país. En esa práctica con el pueblo podemos lograr una serie de acuerdos y la profundización de nuest
ra concepción.

Sin embargo, eso no sería posible si no partiéramos de un presupuesto mínimo fundamental, que es nuestra calidad de combatientes y nuestra concepción de revolucionarios. Si no hubiéramos profundizado nuestros objetivos comunes, como son lograr el socialismo, elaborar una estrategia de guerra revolucionaria, formar una vanguardia y caracterizar a nuestros enemigos, creemos que no podríamos haber logrado el nivel de discusión y de confrontación que ahora tenemos.

Por eso reivindicamos la experiencia de Rawson como uno de los hitos más importantes de nuestro proceso revolucionario. En ese sentido es que también reivindicamos los hechos de Trelew, tomamos plena conciencia de la responsabilidad que hemos asumido y de la responsabilidad que significa la entrega de diecinueve compañeros fusilados en Trelew.

¿Cuál fue la participación de Montoneros en la acción de Rawson y qué significado le atribuye usted a esa participación?
VACA NARVAJA: En primer lugar, esa operación se desarrolla con dos criterios militares. La operación en sí del rescate de prisioneros es una acción llevada a cabo, en su organización y planificación, por los tres comandos de prisioneros de guerra de las organizaciones que intervienen. La participación de Montoneros en esta operación no está impedida por ningún tipo de diferencias políticas. Se trataba de una operación que no creaba ningún tipo de expectativa falsa, sino que ofrece claramente la realidad del proceso entre las organizaciones peronistas y no peronistas.

La participación de Montoneros no se dio en forma física, como organización, por problemas de tipo material; en cambio, sí se dio en la participación activa durante la elaboración y concreción de la operación. La responsabilidad es común y similar en las tres organizaciones. Yo quería decir, además, que pensamos que la unificación de las organizaciones armadas argentinas es el único camino que deben recorrer las distintas fuerzas revolucionaria
s de la Argentina.

Anteriormente hablamos del problema de la unidad y de las características que esa unidad asumía en la Argentina en función de las diferencias políticas e ideológicas entre las organizaciones armadas peronistas y no peronistas. Nosotros hemos realizado una primera experiencia de unidad entre las organizaciones armadas peronistas. Nos dejó una serie de enseñanzas en cuanto a la necesidad de asumir frente a nuestro pueblo la responsabilidad que tenemos como embriones de una futura vanguardia revolucionaria. En ese sentido creo que es nuestro propio pueblo el que más claramente se manifestó y se expresó en esa necesidad de difusión de las organizaciones armadas.

Con los compañeros de las organizaciones armadas no peronistas se da un proceso más complejo, porque nuestras diferencias son más grandes, pero no se pueden dar desconectadas de ese proceso de difusión entre las organizaciones peronistas. Creemos que la unión entre las organizaciones armadas peronistas es más inmediata. Es más fácil recorrer con ellas un camino más corto porque nuestras diferencias son pequeñas, son menores; en cambio, nuestras diferencias con los compañeros del ERP son de mayor importancia política, pero creemos que en estos momentos ignorar estas diferencias, ignorar darse una política de conjunto con los compañeros del ERP para solucionar esas contradicciones es un error político, un tremendo error político.

Es en función de eso que nuestra organización se va a abocar a la tarea de encontrar esa metodología de avance, de encontrar esa metodología correcta para superar nuestras propias contradicciones.

Quiero recalcar, ade
más, que la sangre derramada de los compañeros de Trelew tiene toda la profundidad necesaria para que tomemos una real conciencia de este tipo de problemas. El recibimiento del pueblo chileno a las tres organizaciones revolucionarias, expresado en cada uno de los compañeros en la consigna de "ERP, FAR, Montoneros son nuestros compañeros", también nos muestra con claridad cuál es el sentir de los distintos pueblos que luchan por la liberación de sus patrias.

En ese sentido, nosotros asumimos nuestra responsabilidad como organización y nos criticamos como organización. En el caso de Montoneros, criticamos la existencia de distintas expresiones sectarias en nuestra organización. Las asumimos como limitación, como producto de todos los procesos revolucionarios; esto es algo que no se puede olvidar, es un hecho objetivo que lo palpamos y lo visualizamos.

Personalmente en mi caso creo haber tenido a veces actitudes de tipo sectario, pero creemos que es nuestra práctica y nuestra conexión con nuestro pueblo la que nos va a impulsar a superar todas estas limitaciones que todavía arrastramos.

En esa práctica las organizaciones revolucionarias se van construyendo, se van haciendo. Creo que las expresiones de los compañeros de Trelew antes de la masacre son un verdadero testamento político para el pueblo argentino y las organizaciones revolucionarias. Las palabras del compañero Pujadas, de Montoneros, que han sido difundidas públicamente, son lo suficientemente claras sobre el clima que se vivía en la cárcel de Trelew.

Como organización Montoneros, quiero en este momento aprovechar para saludar la extraordinaria acogida del pueblo chileno a nuestras organizaciones revolucionarias. Quiero destacar que desde el primer día que nosotros pusimos pie en suelo chileno se hicieron movilizaciones populares organizadas por los sectores de vanguardia del puebl
o chileno, como el MIR, la izquierda del partido Socialista, la Izquierda Cristiana. Quiero destacar también que la solidaridad del pueblo chileno para con los compañeros caídos nos ha hecho mucho bien, nos ha acompañado en todo momento en nuestro dolor y nos ha hecho compartir nuestro dolor junto con ellos.



LEVANTO MI PUÑO IZQUIERDO


POR LXS COMPAÑERXS DE TRELEW